Te has preguntado alguna vez cómo organizar el conocimiento de forma sistemática y coherente para facilitar el aprendizaje de tus estudiantes? La respuesta es simple: taxonomía.
En este post, exploraremos el mundo de las taxonomías educativas, una herramienta poderosa que puede ayudarte a mejorar tu práctica docente.
¿Qué es una taxonomía?
Una taxonomía es un sistema de clasificación jerárquica que se utiliza para organizar los niveles de aprendizaje. En el ámbito educativo, la elección de que taxonomía usar se basa en diferentes criterios que proponen las instituciones o ministerios de educación.
Sin importar que taxonomía se elija todas tienen el objetivo de ayudarte a responder las siguientes preguntas:
Objetivos de aprendizaje: ¿Qué quieres que tus estudiantes aprendan?
Resultados de aprendizaje: ¿Qué quieres que tus estudiantes logren, comprendan o sean capaces de hacer cuando acabe el curso?
Contenidos curriculares: ¿Qué temas vas a enseñar?
Actividades de aprendizaje: ¿Qué tipos de técnicas y estrategias didácticas planeas utilizar?
Evaluación: ¿Cómo puedes evaluar de forma objetiva los logros de tus estudiantes?
¿Para qué se utiliza una taxonomía en educación?
Puedes utilizar las taxonomías para:
Organizar el conocimiento: Te permite estructurar el contenido de forma lógica y comprensible.
Diseñar planes de estudio: Te ayuda a crear planes de estudio coherentes y alineados con los objetivos y resultados de aprendizaje.
Evaluar el aprendizaje: Te facilita la evaluación del aprendizaje de los estudiantes de forma sistemática y objetiva.
Comunicar el conocimiento: Te permite comunicar el conocimiento de forma clara y precisa.
Ejemplos de taxonomías educativas:
Taxonomía de Bloom: Una de las más conocidas, se basa en seis niveles de pensamiento: conocimiento, comprensión, análisis, síntesis y evaluación.
Taxonomía de Anderson y Krathwohl: Una taxonomía desarrollada a partir de la taxonomía de Bloom. Esta taxonomía utiliza dos dimensiones, la dimensión cognitiva y la dimensión del conocimiento.
¿Qué beneficios tienen las taxonomías para ti?
Mejoran la comprensión del conocimiento: Ayudan a tus estudiantes a comprender mejor el conocimiento al organizarlo de forma sistemática y coherente.
Facilitan el aprendizaje: Ofrecen una estructura para organizar ideas y estrategias de aprendizaje.
Permiten una evaluación más precisa: Facilitan la evaluación del aprendizaje de tus estudiantes de forma más precisa y objetiva.
Mejoran la comunicación: Brindan un lenguaje común para hablar sobre el conocimiento entre profesores y estudiantes.
¿Cómo usar una taxonomía en el aula?
Selecciona una taxonomía adecuada: Elige una taxonomía que se ajuste a tus objetivos y a los contenidos de tu curso.
Define los objetivos de aprendizaje: ¿Qué quieres que tus estudiantes aprendan?
Redacta los resultados de aprendizaje: ¿Qué quieres que tus estudiantes logren al finalizar el curso?
Planifica tus actividades: Diseña actividades que apunten a los diferentes niveles de la taxonomía que elegiste utilizar.
Evalúa el aprendizaje: Utiliza la taxonomía como guía para evaluar el progreso de tus estudiantes.
Como puedes notar las taxonomías son herramientas valiosas que te ayudarán a mejorar la calidad de tu enseñanza, ya que al implementarla en tu práctica docente puedes organizar de mejor manera el conocimiento que le brindaras a los estudiantes, facilitar su aprendizaje y realizar evaluaciones más precisas.
Te invitamos a conocer nuestros cursos sobre taxonomía para aprender más.
