La taxonomía de Anderson y Krathwohl es una herramienta fundamental para la redacción de objetivos y resultados de aprendizaje, además de apoyar el proceso de planeación académica.
Esta taxonomía se compone de dos dimensiones: la dimensión del conocimiento (tipos de conocimientos que los estudiantes deben adquirir) y la dimensión del proceso cognitivo (procesos mentales que se utilizan para adquirir y usar el conocimiento). La intersección de estas dos dimensiones es la herramienta más valiosa de esta taxonomía. En este artículo, nos centraremos en los seis niveles que se describen en la dimensión del proceso cognitivo: Recordar, Entender, Aplicar, Analizar, Evaluar, Crear.
1. Recordar:
Este nivel implica la capacidad de reconocer y recordar información sin necesariamente comprenderla en profundidad. Se trata del nivel más básico del pensamiento y se asocia con la memorización. Algunos ejemplos de actividades que realizan los estudiantes en este nivel son:
Recitar una lista de palabras.
Definir un término.
Enumerar los pasos de un procedimiento.
Identificar una figura geométrica.
2. Comprender:
Este nivel implica la capacidad de interpretar y entender el significado de la información. Se trata de un nivel más complejo que el recordar y requiere de un procesamiento más profundo de la información. Algunos ejemplos de actividades que realizan los estudiantes en este nivel son:
Explicar el significado de un texto.
Resumir los puntos principales de un video.
Traducir un texto de un idioma a otro.
Inferir una conclusión a partir de una serie de datos.
3. Aplicar:
Este nivel implica la capacidad de utilizar la información y los conocimientos adquiridos en situaciones nuevas y diferentes. Se trata de un nivel práctico que requiere de la capacidad de resolver problemas y tomar decisiones. Algunos ejemplos de actividades que realizan los estudiantes en este nivel son:
Usar una fórmula matemática para resolver un problema.
Aplicar un teorema científico para explicar un fenómeno.
Utilizar una herramienta para realizar una tarea.
Seguir un conjunto de instrucciones para completar un proyecto.
4. Analizar:
Este nivel implica la capacidad de descomponer la información en sus partes componentes y comprender las relaciones entre ellas. Se trata de un nivel de pensamiento crítico que requiere de la capacidad de identificar patrones y tendencias. Algunos ejemplos de actividades que realizan los estudiantes en este nivel son:
Identificar las causas y consecuencias de un evento.
Clasificar objetos en diferentes categorías.
Analizar la estructura de un texto.
Evaluar la confiabilidad de una fuente de información.
5. Evaluar:
Este nivel implica la capacidad de juzgar el valor de la información, las ideas y los argumentos. Se trata de un nivel complejo de pensamiento crítico que requiere de la capacidad de formular argumentos y tomar decisiones. Algunos ejemplos de actividades que realizan los estudiantes en este nivel son:
Evaluar la calidad de un producto.
Juzgar la validez de un argumento.
Defender una postura frente a una audiencia.
Tomar una decisión basada en la información disponible.
6. Crear:
Este nivel implica la capacidad de producir algo nuevo y original. Se trata del nivel más elevado del pensamiento y se asocia con la creatividad y la innovación. Algunos ejemplos de actividades que realizan los estudiantes en este nivel son:
Escribir un poema.
Componer una canción.
Diseñar un producto nuevo.
Desarrollar una teoría científica.
Conclusión:
Los seis niveles de la dimensión cognitiva de la taxonomía de Anderson y Krathwohl representan una secuencia de niveles del pensamiento. El aprendizaje debe tener como objetivo ayudar a los estudiantes a progresar a través de estos niveles de forma gradual. Lograr ese tipo de aprendizaje puede ser un reto para los profesores, pero para eso hay herramientas como la taxonomía.
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