En el ámbito educativo, la taxonomía de Anderson y Krathwohl es una herramienta fundamental para la redacción de objetivos y resultados de aprendizaje además de la planeación académica.
Esta taxonomía se compone de dos dimensiones: la dimensión del conocimiento (tipos de conocimientos que los estudiantes deben adquirir) y la dimensión cognitiva (procesos mentales que se utilizan para adquirir y usar el conocimiento). La intersección de estas dos dimensiones es la herramienta más valiosa de esta taxonomía. Sin embargo, en este artículo, nos centraremos solo en la dimensión del conocimiento y en los cuatro tipos de conocimiento que se describen en ella: Factual, Conceptual, Procedimental, Metacognitivo.
1. Conocimiento factual:
Este tipo de conocimiento se refiere a la información concreta y objetiva que un individuo posee sobre un tema específico. Se caracteriza por ser memorizable y verificable. Algunos ejemplos de conocimiento factual son:
Fechas históricas.
Nombres de lugares.
Fórmulas matemáticas.
Vocabulario específico.
Conceptos científicos.
2. Conocimiento conceptual:
Este tipo de conocimiento se refiere a la comprensión de principios, relaciones y estructuras entre conceptos que puede tener un estudiante. Implica un nivel de análisis e interpretación más profundo que el conocimiento factual. Algunos ejemplos de conocimiento conceptual son:
La comprensión de las causas y consecuencias de un acontecimiento histórico.
La comprensión de los diferentes tipos de gobierno y sus características.
La comprensión de las relaciones entre los diferentes órganos del cuerpo humano.
La comprensión de los principios básicos de una teoría científica.
3. Conocimiento procedimental:
Este tipo de conocimiento se refiere a la capacidad de realizar tareas y aplicar habilidades de forma eficiente. Implica la automatización de procesos y la capacidad de resolver problemas de forma práctica que desarrollan los estudiantes. Algunos ejemplos de conocimiento procedimental son:
La capacidad de tocar un instrumento musical.
La capacidad de realizar una operación matemática compleja.
La capacidad de escribir un ensayo correctamente.
La capacidad de realizar una investigación científica.
4. Conocimiento metacognitivo:
Este tipo de conocimiento se refiere al conocimiento sobre el propio conocimiento y cómo se aprende. Implica la capacidad de autorregular el aprendizaje y de evaluar la propia comprensión que puede llegar a tener una persona. Algunos ejemplos de conocimiento metacognitivo son:
La capacidad de identificar las propias fortalezas y debilidades como estudiante.
La capacidad de seleccionar las estrategias de aprendizaje más adecuadas para una tarea específica.
La capacidad de monitorizar la propia comprensión y de identificar áreas de mejora.
La capacidad de evaluar la calidad de la información que se recibe.
Conclusión:
Los cuatro tipos de conocimiento que se describen en la taxonomía de Anderson y Krathwohl son esenciales para el aprendizaje y el desarrollo intelectual. Estos tipos de conocimiento no son independientes, sino que se interconectan y se complementan entre sí. Un buen aprendizaje debe tener como objetivo desarrollar los cuatro tipos de conocimiento de forma equilibrada.
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